miércoles, 7 de diciembre de 2011

Arquitectura orgánica

Frank Lloyd Wright (Wisconsin 1867-1959 Arizona). Fue uno de los principales maestros de la arquitectura del siglo XX conocido por la arquitectura orgánica y funcional de sus diseños. Se formó en la escuela de Chicago y fue discípulo de Sullivan, aunque abandonó muy pronto el funcionalismo. En oposición a los principios racionalistas y funcionalistas se desarrolló una arquitectura preocupada por buscar la correspondencia entre arquitectura y naturaleza, y por emplear formas más orgánicas.
Esta tendencia, denominada organicismo, pretende poner los medios técnicos al servicio del ser humano, y por ello parte del conocimiento de éste. Se tiene muy en cuenta la psicología experimental y, puesto que las sensaciones tienen mucho que decir, el arquitecto debe tener presente la acústica, la armonía de colores y la armonía de la vivienda con el entorno. Con el organicismo se recuperan los materiales como la madera, el ladrillo o la piedra, y la arquitectura adquiere formas más libres, recobrando el espacio una nueva flexibilidad.

Sus edificios están integrados en la naturaleza como si nacieran de ella. Por eso respetaba las desigualdades del terreno, lo que producía en consecuencia un predominio de la asimetría. Sus casas, árboles y rocas formaban parte del diseño, y en su interior los materiales dejaron en su estado natural color y textura. Rechazó las grandes cristaleras y utilizó aleros muy volados para que la luz, en vez de entrar directamente, lo hiciera tras reflejarse en el suelo.

Wright creó un nuevo concepto respecto a los espacios interiores de los edificios, que aplicó en sus casas de pradera pero también en sus demás obras. Wright rechaza el criterio existente hasta entonces de los espacios interiores como estancias cerradas y aisladas de las demás, y diseña espacios en los que cada habitación o sala se abre a las demás, con lo que consigue una gran transparencia visual, una profusión de luz y una sensación de amplitud y abertura. Para diferenciar una zona de la otra, recurre a divisiones de material ligero o a techos de altura diferente, evitando los cerramientos sólidos innecesarios. Con todo ello, Wright estableció por primera vez la diferencia entre "espacios definidos" y "espacios cerrados". Además estudió con gran atención la arquitectura maya y aplicó este estilo a muchas de sus viviendas.

Otro proyecto innovador en cuanto al método de construcción fue la casa Barnsdall, en Los Ángeles, que se realizó mediante bloques de cemento prefabricados, diseñados por él. Este método de construcción lo aplicó después también en otras de sus obras. En las casas de la Pradera, donde se acusa la influencia japonesa, aplicó algunos de estos principios. En ellas, paredes, suelos y techo forman un todo continuo y se acaba con la división de estancias.

Posteriormente realizó el Hotel Imperial de Tokio (1918), en el cual tuvo que aunar la resistencia sísmica y las tradicionales viviendas apaisadas japonesas.
Uno de sus proyectos más destacados y más conocidos lo realizó entre 1935 y 1939. Se trata de la casa de la cascada (Falling Walter House), en Pensilvania (Estados Unidos), la más famosa de las casas de campo, donde el arquitecto consigue una magistral integración de la vivienda con la naturaleza. Edificada sobre una enorme roca, directamente encima de una cascada con un estilo moderno adelantado a su época. Unos anchos voladizos separan cada uno de los tres pisos, que a la vez tienen función de terraza. Los materiales utilizados para su construcción (piedra, madera y ladrillo) contribuyen a lograr la unidad del edificio con el entorno natural. El interior es amplio y no cuenta con espacios limitados, lo que hace más habitable la vivienda. Se dice que este proyecto lo realizó mientras era profesor en la Bauhaus en Alemania.

En los años siguientes, Wright diseñó toda clase de proyectos, y en todos introdujo criterios originales y avanzados para su época. También escribió otros libros y numerosos artículos, algunos de los cuales se han convertido en clásicos de la arquitectura de nuestro tiempo. Wright era entonces el arquitecto norteamericano por excelencia.

El Museo Solomon R. Guggenheim en Nueva York es sin duda uno de los más celebrados y a la vez más polémicos edificios de la arquitectura moderna. Es, junto a la Casa de la Cascada, la obra más famosa del maestro norteamericano, quien recibió el encargo del museo a sus 76 años. Las formas curvas de la propuesta contrastan dramáticamente con el resto de la fábrica urbana neoyorquina, siendo a la vez un ente provocador e innovador. En su interior se encuentran algunas de las más importantes del arte moderno, incluyendo a figuras como Vasily Kandisnky, Paul Klee, Pablo Picasso y Piet MondrianLa forma de la propuesta produjo gran controversia, por lo que el museo tardó 15 años en ser construido, culminándose 10 años luego de la muerte de Solomon Guggenheim y 6 meses tras el fallecimiento de Wright. 
El edificio en sí mismo se convirtió en una obra de arte. Desde la calle, el edificio parece una cinta blanca enrollada en forma cilíndrica, levemente más ancha en la cima que abajo. Internamente, las galerías forman una espiral. Así, el visitante ve las obras mientras camina por la rampa helicoidal, como un paseo. Figuró y sigue figurando como uno de los museos más modernos del mundo.
En 1992 el edificio fue complementado adosándole una torre rectangular, más alta que el espiral original. Esta modificación del diseño original de Wright generó una fuerte controversia.

El edificio de Wright ha sido víctima de algunas críticas hechas por artistas que sienten que el edificio ensombrece las obras allí expuestas y que es dificultoso colgar apropiadamente las pinturas.
“El gran acto final de Wright, el Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York es un regalo de pura arquitectura o más bien de escultura. Es un helicoide espacial continuo, una rampa circular que se expande mientras se enrolla vertiginosamente en torno a un pozo de espacio sin obstrucción, coronado por una cúpula plana acristalada. Una construcción sin costuras, el edificio evocado por Wright como la onda continua” (Spiro Kostoff)



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